VILLASECA

Solitaria oreja para Cid de María en una descastada novillada de Cebada


sábado 7 septiembre, 2024

El novillero de Yunquera cortó la única oreja tras explotar el buen pitón derecho del cuarto, mientras que Pedro Luis y Mariscal Ruiz no pasaron de sendas ovaciones en un encierro de Cebada Gago al que le faltó poder y emoción.

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Foto: Cárdenas

La plaza de La Sagra acogía la cuarta novillada del Alfarero de Oro, a la que llegaban los utreros de Cebada Gago. Para lidiarlos, comparecían los novilleros Cid de María, Pedro Luis y Mariscal Ruiz.

Silenciado Cid de María con el incómodo primero

Cid De María Y Morenito De Aranda (1)
Cid de María brindó su primero a Morenito de Aranda © Javier Espada

Golfito se llama el primero de Cebada, un castaño astifino con caja que embistió con las manos por delante en el recibo de capa de Cid de María. Se dolió tras el primer puyazo y se le cuidó mucho en el segundo, en el que apenas señaló Juan Pablo Molina. Tras el brindis al maestro Morenito de Aranda, planteó faena el de Yunquera de Henares a un animal que medía mucho, sobre todo en las series por el izquierdo. Se mantuvo firme por ambos pitones el novillero, pero la faena no tomó vuelo. Cobró un estoconazo tras un pinchazo.

Ovación para Pedro Luis en una faena de exposición al segundo

Pedro Luis (1)
Pedro Luis saluda la ovación © Javier Espada

Al portón de los sustos se fue Pedro Luis con el segundo, otro serio animal de Cebada por delante, al que se le cuidó mucho en el tercio de varas. Mariscal Ruiz se presentó en La Sagra con un quite por gaoneras, en el que hubo más disposición que lucimiento. Brindó al público el novillero peruano para salirse con el burel a los medios en una faena de gran exposición. Se quedó muy quieto siempre a la hora de echar las telas, sin perder la colocación, ante un animal que tuvo cierta clase, pero que fue a menos. Redujo las distancias Pedro Luis en los compases finales, con el animal buscando la querencia. Cerró por manoletinas y dejó una estocada tras pinchazo.

Mariscal Ruiz, ovacionado con el rajado tercero

Mariscal Ruiz
Mariscal Ruiz brinda la faena al público © Javier Espada

Se estiró a la verónica Mariscal Ruiz con el tercero, un sardo de extraordinaria estampa de Cebada, serio y rematado. Tras un paso por el caballo en el que no se empleó, completó el novillero sevillano un tercio de banderillas en el que hubo exposición y acierto, levantando el ánimo de los tendidos. Muy quieto se quedó en los estatuarios con los que inició el trasteo, a los que siguió una tanda por el pitón derecho en la que encontró la ligazón, con el sardo buscando la muleta a media altura. A partir de ahí, el cornúpeta bajó la persiana y se rajó, buscando la querencia. Optó de manera acertada Ruiz por abreviar y acabó con su oponente de una estocada caída.

Cid de María explota el pitón derecho del cuarto y le corta una oreja

Cid De María (1)
Cid de María en un torero gesto © Javier Espada

Pelícano se llamaba el Cebada que hizo de cuarto, animal más bajito y suelto de carnes, que humilló en el saludo capotero de Cid de María, que se encajó de riñones en el ramillete de verónicas que le firmó. Se dejó pegar en el caballo, donde volvió a colocar la cara con cierta clase. Brindó al público para ponerse después a torear por el pitón derecho en las tandas iniciales de tanteo. Le protestó más por el izquierdo, quedándose más corto. Pero volvió a apostar por el derecho, provocando la embestida y dejando la muleta en la cara. Y por allí respondió el astado gaditano, colocando bien la cara y embistiendo con clase en la muleta de Cid de María. El de Yunquera le firmó tres series de gran calado y apostó por las manoletinas en el epílogo. Dejó un espadazo arriba.

Pedro Luis, silenciado con el interesante quinto en una faena de más a menos

Serio y abierto por delante fue el cárdeno claro que hizo de quinto, que ya mostró su buena condición por el pitón derecho en el saludo capotero, en el que pudo estirarse Pedro Luis. Destacó el medido primer puyazo de Héctor Piña por su buena ejecución, al que siguió el quite por chicuelinas de Mariscal Ruiz. En la muleta, lo vio y confió Pedro Luis, que se puso por el pitón derecho en las series iniciales que tuvieron emoción ante la embestida enclasada del cárdeno. Lo citaba siempre suave y plano, para después correr la mano buscando el temple, que encontró en algunos muletazos por el derecho. Mucho gusto tuvieron los pases de pecho, muy toreros, buscando siempre la hombrera contraria. Se fue viniendo a menos el animal, quedándose cada vez más corto, lo que hizo que la faena perdiera vuelo y emoción. No pudo remontar ya el novillero peruano, que tampoco estuvo acertado con la espada.

Mariscal Ruiz, sin opciones con el descastado sexto

Ciclista se llamó el sardo que hizo de sexto, que ya demostró su falta de fuerza en los primeros tercios. Tras su paso por el caballo, quitó por chicuelinas Cid de María. Volvió a banderillear Mariscal Ruiz, esta vez con más actitud que acierto. Llegó ya el burel muy justito a la muleta, donde le sostuvo el hispalense, que se puso ante la imposible condición de su oponente, un animal descastado que no tuvo ninguna opción. Se fue a por la espada tras probarlo por ambos pitones y acabó con el animal de un estoconazo tras pinchazo.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de La Sagra, Villaseca de la Sagra (Toledo). Certamen de novilladas Alfarero de Oro, cuarto festejo. Novillada con picadores. Casi lleno.

Novillos de Cebada Gago, con presencia y cuajo.

Cid de María (blanco y oro): silencio y oreja.

Pedro Luis (rosa y oro): ovación y silencio.

Mariscal Ruiz (azafata y oro): ovación y silencio.